Donde el sillar blanco cuenta historias de fe, poder y mestizaje.
Arequipa no sería la «Ciudad Blanca» sin su legado colonial: conventos que guardan secretos de clausura, casonas con escudos nobiliarios tallados en piedra e iglesias donde el barroco mestizo alcanzó su esplendor.
Esta sección reúne los tesoros arquitectónicos que hicieron de Arequipa un Patrimonio de la Humanidad —y que hoy siguen vivos entre calles empedradas y patios llenos de geranios.
En pleno corazón de la Plaza de Armas, oculto entre vitrinas y bullicio moderno, se encuentra un rincón que parece transportarte a otro siglo: los Claustros de la Compañía de Jesús. Este laberinto de piedra no solo es un refugio de paz, sino un testimonio viviente del arte barroco mestizo.
¿Te atreves a descubrir los secretos que sus muros llevan siglos guardando?