La presidencia de Francisco Rafael Sagasti Hochhausler es uno de los episodios más singulares, sobrios y luminosos de la política peruana reciente.
En apenas ocho meses —noviembre de 2020 a julio de 2021— este ingeniero, académico y humanista tomó las riendas de un país fracturado por la represión, desgarrado por la pandemia y al borde del colapso institucional.
No llegó por campaña, ni por ambición, ni por cálculo.
Llegó porque alguien tenía que evitar que el país se siguiera incendiando.
Y lo hizo.
Orígenes: El Académico Global que Nunca Buscó el Poder
Sagasti nació el 10 de octubre de 1944 en Lima, en una familia con raíces austro-peruanas. Su formación es una de las más brillantes de cualquier político latinoamericano contemporáneo:
- Ingeniería Industrial – Universidad Nacional de Ingeniería (UNI)
- Maestría – Pennsylvania State University
- Doctorado en Investigación Operativa – University of Pennsylvania
- Investigador del Banco Mundial
- Consultor para organismos internacionales
- Profesor invitado en Oxford y otras universidades de prestigio
Además, es autor de más de 20 libros sobre desarrollo, ciencia, tecnología y políticas públicas.
Su vida estaba dedicada al análisis, no al mitin; a las ideas, no a la confrontación. Era, literalmente, el último ciudadano que uno imaginaría como presidente de un país en crisis.
Noviembre de 2020: El Presidente del Consenso Moral
Tras la renuncia de Manuel Merino por la represión que dejó dos jóvenes muertos, el Perú cayó en un vacío de poder.
El Congreso necesitaba una figura:
- técnica
- ética
- no contaminada por corrupción
- capaz de dialogar con todos
- que diera calma
- sin ambiciones propias
Ese hombre era Sagasti.
El 16 de noviembre de 2020, fue elegido presidente del Congreso.
Al día siguiente, asumió la presidencia del Perú por sucesión constitucional.
Fue el primer presidente real de transición en décadas:
uno que no quería perpetuarse, sino entregar la banda lo antes posible.
️ Los Meses que Frenaron la Caída
Su presidencia tuvo cuatro pilares fundamentales:
1.
️ Reparación Simbólica y Sanación Nacional
Su primer acto como presidente fue esencial:
visitó a las familias de Inti Sotelo y Bryan Pintado, los jóvenes asesinados durante la represión del gobierno de Merino.
- Reconoció el abuso estatal
- Honró públicamente a los fallecidos
- Devolvió dignidad a un país devastado
Ese gesto reconstruyó parte de la confianza que la clase política había destruido.
2.
Recuperación de la Credibilidad Internacional
El Perú venía de días de incertidumbre que alarmaron a mercados, diplomáticos, inversionistas y organismos multilaterales.
Sagasti, con lenguaje técnico y talante democrático:
- estabilizó la percepción internacional del país
- reinició relaciones diplomáticas tensas
- dio señales claras de institucionalidad y orden
- garantizó elecciones libres y cercanas
El mensaje fue simple: El Perú está de vuelta en el tablero racional.
3.
Gestión Técnica de la Pandemia
En uno de los momentos más mortales del COVID-19 en el mundo:
- negoció contratos de vacunas con múltiples laboratorios
- implementó una campaña de vacunación masiva
- priorizó criterios técnicos, no políticos
- comunicó la información epidemiológica con transparencia
No salvó al Perú de la tragedia —nadie podía hacerlo— pero puso orden donde había caos, y eso marcó una diferencia vital.
4.
️ Elecciones Transparentes y Transición Impecable
Su misión principal era entregar el poder en condiciones democráticas.
Y lo hizo con precisión quirúrgica:
- proceso electoral limpio
- arbitraje institucional sin interferencia
- respeto total a los resultados
- transferencia ordenada a Pedro Castillo
En un país acostumbrado a crisis postelectorales, esto fue un milagro administrativo.
El Estilo Sagasti: Una Tecnocracia Humana
Sagasti gobernó como lo que era: un académico intentando sobrevivir en la política criolla.
Su estilo combinó:
- claridad pedagógica
- serenidad en el conflicto
- evidencia sobre impulsividad
- ética sobre comodidad
- diálogo sobre confrontación
No era un carismático; era un profesional. Y sorprendentemente, eso funcionó.
Legado: El Presidente de la Cordura
Su impacto se resume así:
Institucional
- Restituyó la dignidad democrática
- Reconstruyó confianza internacional
- Evitó un quiebre constitucional mayor
Sanitario
- Aceleró la adquisición y distribución de vacunas
- Sentó bases para la campaña masiva posterior
Político
- Gestionó elecciones libres
- Evitó violencia generalizada
- Construyó puentes en medio de la polarización
Ético
- No tuvo escándalos
- No abusó del poder
- No cedió a presiones irracionales
- No buscó reelegirse ni manipular el proceso
Su gobierno no fue épico.
Fue correcto.
Y en el Perú, eso ya es una hazaña extraordinaria.
Lo Que Representa Sagasti en la Memoria Colectiva
Francisco Sagasti queda como:
- el presidente que llegó por deber, no por deseo
- el intelectual que estabilizó un país roto
- el ingeniero que reparó instituciones con herramientas de emergencia
- el gobernante que respetó el poder sin aferrarse a él
En el Perú del caos, él fue el paréntesis de lucidez.
Un recordatorio de que sí se puede gobernar bien, aunque sea por poco tiempo.