Introducción 

Recreación visual de Juan Francisco de Vidal La Hoz, con uniforme militar adornado con medallas y una banda, evocando una figura histórica de autoridad y distinción militar.
Juan Francisco de Vidal La Hoz (Supe, 2 de abril de 1800 — Lima, 23 de septiembre de 1863) fue un militar y político peruano que destacó durante los primeros años de la independencia por su audacia y valor en combate, especialmente en la toma de Valdivia en 1820.
Su trayectoria lo llevó a ocupar en dos ocasiones la presidencia de la República, en contextos de gran inestabilidad política.
Por su valentía fue conocido popularmente como “El Primer Soldado del Perú”.
Infancia y formación
Nació en Supe, en la costa norte de Lima, el 2 de abril de 1800. Hijo de Julián Vidal y Ventura Laos (o La Hoz), creció en un entorno familiar ligado a labores agrícolas. De joven fue conocido por su habilidad como jinete y nadador.
Estudió en el Seminario Conciliar de Santo Toribio, en Lima, donde recibió formación clásica y humanística, aunque más adelante abandonó los estudios para seguir la carrera militar, al igual que muchos jóvenes de su generación.
️ Participación en la Guerra de Independencia

Vidal luce un uniforme con charreteras doradas, una banda presidencial varias medallas, símbolos su distinguida carrera liderazgo en el Perú.
En 1819 se unió a las fuerzas patriotas como subteniente de infantería de marina. Fue comisionado para establecer contactos y comunicaciones secretas entre simpatizantes independentistas en Lima y otras zonas del país, además de colaborar en operaciones de inteligencia y obtención de recursos.
Durante una de estas misiones, la embarcación en la que viajaba naufragó frente a Huarmey el 10 de agosto de 1820. A pesar del accidente, sobrevivió y continuó con su labor militar.
La toma de Valdivia (1820)
Su acción más recordada ocurrió en febrero de 1820, cuando formó parte de la expedición al puerto fortificado de Valdivia en el sur de Chile, liderada por Thomas Cochrane. Vidal comandó un pequeño destacamento de entre 24 y 60 hombres y ejecutó el asalto sorpresa al Fuerte San Carlos, pieza clave de la defensa realista.
La operación fue un éxito rotundo. La guarnición española fue derrotada y Valdivia cayó en manos patriotas. Esta acción temeraria cimentó su fama y le valió el apelativo de “Primer Soldado del Perú”.
️ Trayectoria durante la Guerra de Independencia
Tras la independencia, Vidal continuó su carrera militar con ascensos sucesivos: capitán, coronel y más adelante general. Ocupó cargos administrativos de relevancia, como prefecto, comandante general y jefe del Estado Mayor General. También fue diputado por Lima, participando en los debates políticos de la joven república.
En 1826 fue acusado de participar en una conspiración contra el régimen vigente y se vio obligado a exiliarse en Chile. Regresó al Perú en 1827, en un contexto político más favorable, y retomó sus actividades públicas y militares.
️ Carrera política y militar en la República temprana
Tras la independencia, Vidal siguió activo en la milicia. Ocupó cargos importantes como prefecto, comandante general, jefe de Estado Mayor y diputado por Lima.
Durante la Confederación Perú-Boliviana (1836–1839) inicialmente mantuvo una posición cercana al mariscal Andrés de Santa Cruz, pero más adelante se sumó a la causa restauradora que buscaba disolver la Confederación.
En 1826 había sido exiliado a Chile tras ser implicado en una conspiración, pero regresó cuando cambió la situación política.
Presidencia provisional (1842–1843)
Tras la derrota de Santa Cruz y la crisis de los gobiernos posteriores, el país vivía un clima de inestabilidad y vacío de poder. El 20 de octubre de 1842, una Asamblea de Notables en Lima proclamó a Vidal Presidente Provisional de la República, con el respaldo de sectores militares y civiles.
Su gobierno fue breve —hasta el 15 de marzo de 1843— pero enfrentó enormes desafíos: rebeliones en varias regiones, pugnas entre caudillos y una situación económica frágil. Una de sus medidas más firmes fue declarar ilegal la deuda de guerra que Chile reclamaba al Perú, derivada del conflicto contra la Confederación.
Ante el avance de la revolución constitucionalista encabezada por Manuel Ignacio de Vivanco, y con el objetivo de evitar una guerra civil, Vidal presentó su renuncia irrevocable.
Legado y memoria histórica
Después de dejar la presidencia, Juan Francisco de Vidal se retiró de la vida política activa y vivió en Lima hasta su fallecimiento, el 23 de septiembre de 1863. Aunque no dejó grandes obras de gobierno, su figura representa la de un soldado de la independencia convertido en político, en medio de una república marcada por la inestabilidad.
En 1855, redactó sus “Memorias”, donde dejó testimonio de su vida, de la guerra de independencia y de los primeros años de la República. Este texto se ha convertido en una fuente primaria de gran valor histórico, consultada por investigadores para entender el Perú de la primera mitad del siglo XIX.
Su valentía en combate, en especial en la toma de Valdivia, y su gesto inusual de renunciar al poder para evitar una guerra civil marcaron su imagen pública. A pesar de la brevedad de su mandato, Vidal es recordado como un símbolo de patriotismo, coraje y moderación política.
El eco de un soldado en tiempos de anarquía
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La figura de Juan Francisco de Vidal La Hoz sintetiza el tránsito de un Perú colonial a uno republicano. Soldado en la guerra de independencia, político en los inicios convulsos de la república y autor de memorias que hoy iluminan esa época, su nombre sigue ligado al coraje de quienes forjaron la nación en tiempos de incertidumbre.
Su historia, aunque breve en el poder, deja una huella profunda en la memoria militar y política del país.