Agustín Gamarra Messía encarna al caudillo por excelencia del Perú temprano: un hombre nacido en la periferia del poder, que ascendió por la fuerza de su espada y terminó convertido en presidente dos veces, árbitro de guerras civiles, destructor de la Confederación Perú-Boliviana y protagonista de uno de los finales más trágicos de la historia republicana.
Fue, al mismo tiempo, el estabilizador que el país necesitaba, el autoritario que el país temía y el expansionista que el país no pudo seguir.
️ Orígenes: El Mestizo del Sur que Subió por Mérito y Bayoneta
Nació en el Cusco en 1785, en una familia mestiza de recursos modestos. Mientras muchos líderes del proceso independentista provenían de élites criollas, Gamarra emergió desde abajo: ingresó joven al ejército realista y llegó a sargento mayor.

La batalla de Ayacucho, donde Gamarra participó como jefe de Estado Mayor del Ejército Patriota. Su contribución militar a lo largo de la campaña fue muy importante, pues conocía la geografía del país.
El giro decisivo vino cuando se pasó al bando patriota y se unió a las campañas de San Martín y luego de Bolívar. Su valentía y su conocimiento del sur andino lo convirtieron en un oficial indispensable.
Tras Ayacucho (1824), su prestigio como militar quedó consolidado.
️ El Ascenso Político: Prefecto, Ministro, Jefe del Ejército del Sur
Entre 1825 y 1828 acumuló poder de forma acelerada:
- Prefecto del Cusco
- Ministro de Guerra y Marina
- Jefe del Ejército del Sur
La combinación de ambición, disciplina militar y redes de lealtad en el sur lo empujó inevitablemente a la presidencia.
️ Primer Gobierno (1829-1833): La Obsesión por el Orden
Gamarra asumió un país en caos: motines, montoneras, guerras internas y un Estado que apenas existía.
Sus prioridades fueron claras:
️ Pacificación nacional
Aplastó rebeliones regionales y buscó un Estado central fuerte.
️ Reorganización militar
Intentó profesionalizar las fuerzas armadas y reducir el poder de caudillos rivales.
️ Construcción del Estado
Impulsó educación primaria, reorganizó la administración pública y promovió infraestructura como la conscripción vial.
Pero su estilo autoritario, su choque con caudillos rivales (sobre todo Gutiérrez de la Fuente) y la prohibición constitucional de reelección inmediata lo sacaron del poder… aunque no por mucho tiempo.
️ Entre Mandatos: Guerra Civil, Exilio y la Sombra de Santa Cruz
Tras su salida, el Perú se hundió en otra guerra civil: Orbegoso vs. Salaverry.
Desde el exilio, Gamarra decidió pactar con el hombre más poderoso de la región: Andrés de Santa Cruz, mariscal boliviano.
Ese pacto llevó a la creación de la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), que Gamarra pronto vería como una amenaza directa a la soberanía peruana.
Su exilio terminó convertido en su camino de regreso al poder.
️ Segundo Gobierno (1838-1841): El Restaurador que Quiso ir Demasiado Lejos
Tras la derrota de Santa Cruz en Yungay, Gamarra volvió a la presidencia como el gran “restaurador” del Estado peruano.
Esta vez tenía un objetivo mayor:
Destruir definitivamente la Confederación y anexar Bolivia.
Su visión respondía a una idea que había perseguido por años:
“El Perú no estará seguro hasta absorber a Bolivia o ser absorbido por ella.”
Esa ambición lo llevó a invadir territorio boliviano en 1841.
El resultado sería fatal.
Ingavi: El Final del Caudillo

La Batalla de Ingavi y muerte de Gamarra. óleo anónimo del Museo Nacional de Historia de Lima. Sala La República. Año de 1845. ,El óleo muestra a Agustín herido, rodeado de oficiales, mientras ángel anuncia su destino con una trompeta una corona de laurel.
El 18 de noviembre de 1841, en la Batalla de Ingavi, Gamarra fue derrotado por el general boliviano José Ballivián.
En pleno combate, el mariscal cayó muerto, sellando el fracaso definitivo del sueño expansionista peruano.
Su cuerpo quedó en Bolivia.
La República que él quiso fortalecer seguía siendo frágil y dividida.
La Mariscala: Pancha Zubiaga, el Rayo que Acompañaba al Trueno

Francisca Zubiaga y Bernales, más conocida como la Mariscala, esposa del presidente Gamarra. Luce vestido negro con detalles dorados collar de perlas, símbolo de su estatus refinamiento la sociedad peruana.
La figura de Gamarra no puede entenderse sin su esposa, Francisca “Pancha” Zubiaga, una mujer de carácter feroz y presencia política inédita:
- Participaba en campañas militares
- Intervenía en decisiones de Estado
- Desafiaba normas de género del siglo XIX
Para sus admiradores, era la compañera perfecta de un caudillo.
Para sus detractores, una mujer “escandalosa” que se entrometía en política.
Juntos formaron una de las duplas de poder más singulares de la historia republicana.
Legado: Orden, Acero y Ambición
La figura de Gamarra es profundamente ambigua, y justamente por eso es tan fascinante.
️ Sus Aportes
- Dio estabilidad a un Perú devastado por la anarquía.
- Consolidó la autoridad del Estado central.
- Profesionalizó al ejército republicano.
- Defendió la soberanía peruana frente a Santa Cruz y la Confederación.
Sus Sombras
- Gobernó con mano dura y métodos autoritarios.
- Fomentó la cultura del caudillismo militar.
- Su sueño expansionista llevó al país a una guerra innecesaria.
- Su muerte abrió un nuevo ciclo de inestabilidad.
Agustín Gamarra en Perspectiva

Efigie de Gamarra en el Panteón de los Próceres en Lima. La escultura bronce, parte un conjunto bustos, honra prócer Gamarra, destacando su uniforme militar con detalles intrincados en los hombros.
No es un héroe puro como Castilla.
No es un villano absoluto como Santa Cruz.
Gamarra representa algo más complejo:
El intento desesperado de forjar un país ordenado en tiempos en que el caos era la norma.
Su vida —y su muerte en el campo de batalla— simbolizan esa primera República construida entre pólvora, ideales y ambición.
Agustín Gamarra fue, en esencia, el fundador que quiso levantar un Estado con martillo y bayoneta, dejando un país más estable que el que recibió, pero también más marcado por la tentación del caudillismo.








