El ambiente parecía pequeño en primera estancia y no habían guardado mi reservación. Sin embargo la atención fue buenísima por parte del personal, todos muy amables y solucionaron todo de inmediato. La comida también estuvo muy bueno y nos dejaron de gustar de más. Sí recomiendo.
Me encantó el servicio de atención excelente, la comida muy rica, te regalan una cortesía de la casa al llegar, muy acogedor; lo recomiendo 100%!!
Comida abundante a buen precio en Miraflores.
Nos gustó mucho el poder crear un plato con dos cómodas diferentes, y los entrantes estaban buenísimos. A destacar los tequeños de lomo y sobretodo el tartar acevichado.
Hay mucha variedad en la carta.
Además, la atención de los camareros es estupendo.
PD: Me encantó el piscosour
La comida estuvo maravillosa, demasiado rica. Tienen la opción de pedir plato por mitades para que puedan probar más cosas, muy rico todo, buen ambiente y muy agradable la atención.
Probé una limonada con hierbaluisa que estaba tan rica que tuvimos que pedir más, muy rico todo.
Como dato para los turistas, no sabíamos que en Perú no se acostumbra a comer ceviche de noche, por lo que todos los locales cierran muy temprano. Aquí no solo estaba exquisito, si no que tbn son los únicos que abren hasta tarde por si quieren cenar pescado.
Ubicado en pleno Miraflores, uno de los barrios más turísticos de Lima, Barra Maretazo es un lugar que sabe exactamente lo que hace: buena comida, buenos tragos y una experiencia que deja claro por qué tiene tan buena puntuación en Google Maps.
Desde que llegas te reciben con una cortesía potente: un trío de entrada que incluye ceviche, causa y leche de tigre. No es solo un detalle, es una muestra del nivel de sazón que se viene. Y no decepciona.
El Pisco Sour es, sin exagerar, uno de los mejores que probamos en toda la zona. Equilibrado, fresco y con ese toque peruano que te hace pedir otro.
Los platos principales están muy bien preparados, sabrosos y súper contundentes. Si vas con hambre, saldrás satisfecho. Y si eres vegetariano, no te preocupes: tienen opciones que no están puestas solo para cumplir, sino que se nota el trabajo detrás. El respeto al sabor está presente en cada plato.
Y si pensabas que lo mejor ya había pasado, los postres también están a la altura. El crème brûlée estaba exquisito, el suspiro limeño es un clásico bien ejecutado y el tiramisú, nada que decir: cremoso, equilibrado y perfecto para cerrar la comida con broche de oro.
Este no es el típico restaurante “acogedor” de mantelito a cuadros. Es un lugar pensado para recibir gente de todo el mundo, con una propuesta sólida, bien ejecutada, y perfecta para quienes quieren conocer lo mejor de la cocina peruana en un solo lugar.