La corrida que ofreció San Martín en la Magdalena

📘 Ficha de la pieza

La corrida que ofreció San Martín en la Magdalena
Artículos periodísticos
  • Fecha de publicación: 20 de febrero de 1989
  • Lugar de publicación: Lima, Perú
  • Medio: El Comercio. p. A-11

🧠 Descripción general

📘 Este trabajo de investigación, elaborado por César Coloma Porcari —entonces Director del Museo Nacional de Historia—, fue publicado en el diario El Comercio el 20 de febrero de 1989. El texto analiza la corrida de toros organizada por José de San Martín el 6 de abril de 1822 en la Plaza Mayor del pueblo de la Magdalena (hoy distrito de Pueblo Libre). Antes del espectáculo taurino, San Martín ofreció un almuerzo en su residencia del Palacio de la Magdalena, ubicada frente a dicha plaza.

El artículo destaca también el hallazgo de una pintura mural virreinal, descubierta en la antigua casona tras retirar varias capas de yeso, constituyendo un elemento significativo para la conservación del patrimonio monumental del área. El estudio aborda aspectos históricos, arquitectónicos y de tradición taurina vinculados a este episodio de la etapa republicana temprana del Perú.

📝 Texto íntegro

La corrida que ofreció San Martín en La Magdalena

Por: César Coloma Porcari

El Libertador Don José de San Martín, al parecer aficionado a la fiesta brava, ofreció una corrida de toros que se llevó a cabo en la Plaza Mayor del Pueblo de La Magdalena, lugar de su residencia, el dia 6 de abril de 1822.

“Fui a La Magdalena, un pequeño pueblo distante como cinco millas de la ciudad, donde El Protector, General San Martín, tiene una casa de campo y reside principalmente”, escribe el viajero inglés Gilbert F. Mathison en su obra editada en Londres en 1825 y publicada en español lo referente al Perú por don Estuardo Núñez, en el Tomo XXVII, Volumen I, de la Colección Documental de la Independencia del Perú, de 1971. Continúa el viajero con su narración, informando que “ese dia había dado un almuerzo y un agasajo, y después una corrida de toros”. Además nos cuenta que “los toreros eran de a pie y de a caballo.”

El inglés no comprendió esta fiesta popular, pero escribe que “el único placer proporcionado por el espectáculo surgía de la visión de las vastas y abigarradas colecciones de campesinos e indios, todos a caballo, todos montados a caballo”, e indica que “¡Viva la Libertad! ¡Viva la Patria!” eran las voces que proclamaban al acercarse la visión de las banderas nacionales, con su sombrero negro de copa y su gran pluma de las orillas de las rodillas; y sus miedos y espantos indica cómo brotaba en su mente el recuerdo de las situaciones de particular tensión que había pasado en batallas. En su obra hace también referencia a la impresión que le produjo la intensa luz del sol, indicando que “la poderosa explosión de luz y de colores me hizo frotarme los ojos, y me costó trabajo apagar el brillo de la naturaleza que me ofuscaba la vista: las fajas rojas, las plumas gigantescas, las vicuñas, los flecos y las borlas de oro de las espadas y las ‘bandas’ militares eran de tal modo brillantes y nuevos que me hacían daño, parecían encendidos lámparas”. El autor inglés, sin embargo, no deja de señalar la valentía de los toreros, algunos de los cuales estuvieron a punto de perder la vida y de ser destrozados por los toros en la arena.

El recuerdo de San Martín y de los otros personajes es imborrable en la vieja casa, a pesar del paso del tiempo y de que la extensa huerta, que fuera solar de ellos, ya no existe más, por haberse construido en ella el Gran Museo Nacional, en el año 1924, el del Centenario de la Batalla de Ayacucho.

La restauración de la casa original, que se lleva a cabo actualmente, le devolverá el ambiente que el cambio de modos y otros factores, logró cegár. La lujosa pintura mural, realizada por artistas anónimos y al parecer, en el siglo XVIII, que engalanará casi todas las habitaciones del Palacio de la Magdalena, fue limpiada cautelosamente con yeso, a fines del siglo pasado, pero está apareciendo nuevamente, al retirarse cuidadosamente su moderna y modesta cobertura.

Cuando se restaure esta casa que forma parte del Museo Nacional de Historia, la presencia espiritual de San Martín, Bolívar y de los patriotas de 1821, será aún más notoria.

Pero se hace necesario recuperar todo el ambiente del viejo pueblo de La Magdalena, restaurando todas sus casonas, callejas y rincones, hoy tan venidos a menos.

Afortunadamente todo el centro histórico de este pueblo ha sido declarado patrimonio cultural de la Nación, y ha recibido la categoría de monumento nacional la totalidad de sus viejas y valiosas casonas. Ahora el Municipio y los vecinos deben poner manos a la obra, no olvidando jamás que La Magdalena Vieja fue escenario de momentos de suma importancia para la historia de la América Latina, así como de fiestas populares como la corrida de toros del Libertador Don José de San Martín que describe el viajero inglés.

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