Ficha de la pieza
Descripción general
️ Este artículo ofrece un recorrido histórico por el Palacio de la Magdalena, destacando su construcción en 1924 durante el gobierno de Augusto B. Leguía y su función original como sede del Museo Bolivariano.
El autor revisa la trayectoria institucional del edificio, desde su división en dos museos nacionales tras la caída del régimen leguiísta, hasta su posterior unificación como el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
Se pone especial énfasis en el arquitecto Raúl María Pereira, resaltando su origen luso-peruano, su rol en el diseño del inmueble, las características arquitectónicas neocoloniales y la relevancia del edificio como uno de los pocos concebidos desde el inicio para funcionar como museo.
Texto íntegro
El Palacio de la Magdalena
Recordando al artífice de esa gran obra, el arquitecto luso-peruano Raúl María Pereira
A pesar de haber transcurrido solamente sesenta y cuatro años, la fecha de construcción del gran Museo de la Magdalena ya había sido olvidado.
Pero luego de investigar en diversos archivos, durante más de un año, hemos podido encontrar todo lo referente a la casona conocida como el Palacio de La Magdalena, ubicada en la hoy llamada Magdalena Vieja. La documentación que hemos descubierto abarca los siglos XVII, XVIII, XIX y XX.
Esta casa, de tres siglos de antiguedad, tiene una importancia inconmensurable en la historia del Perú y de América, por haber tenido allí su sede la Comandancia General del Ejército Libertador y haber residido allí don José de San Martín y don Simón Bolívar. Anteriormente, la habitó el Virrey don Joaquín de la Pezuela, y antes de él, otros destacados personajes del Virreinato.
Recibió el nombre de palacio por su utilización como sede del gobierno y estaba rodeada de una gran huerta, que sumaba varias hectáreas. En el mes siguiente a este inicio de investigación, pudimos ubicar la historia de la construcción del vasto edificio destinado a albergar al Museo Nacional. A esta construcción se la llamó la ampliación del Palacio de La Magdalena o Museo Bolivariano, por rodear al edificio original, respetándolo íntegramente.
El gran artífice de este enorme edificio fué D. Raúl María Pereira, pintor y arquitecto portugués nacido en Donelo, provincia de Trazos Montes, en 1877, y muerto en Lima en 1933.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Oporto, importante ciudad portuguesa, y luego de un largo viaje de investigación a través de Europa, que duró varios años, y de haber triunfado en un importante concurso pictórico de Roma, pasó a residir al Ecuador, por haber sido contratado por el gobierno de ese país como profesor de la recién fundada Academia de Bellas Artes de Quito.
En esta última ciudad construyó, en 1908, el notable conjunto de edificios para la Exposición Nacional del Centenario de la Independencia (1909).
Más tarde, establecido en Guayaquil, levantó otras obras notables, como las Escuelas Obreras, el Mercado Central y el Palacio de la Biblioteca y Museo de dicha ciudad y el Palacio Municipal.
Llegado a Lima en 1917, fué muy bien recibido por la prensa local. Unos años después recibió el encargo del Presidente Don Augusto B. Leguía, de diseñar y construir el Pasaje del Correo y el ensanche del edificio principal; este último inconcluso.
El Pasaje del Correo, inaugurado en 1924, es una obra notable de la arquitectura limeña, de la época. Lamentablemente no se conserva como debiera, habiéndose perdido inclusive su cubierta de cristales, por los sismos.
Ese mismo año, 1924, el del Centenario de la Batalla de Ayacucho, recibió el encargo del Presidente Leguía de construir el gran Museo de la Magdalena.
Sus estudios, planos y presupuestos, fueron aprobados por Resolución del 17 de mayo de 1924, iniciándose las obras dos meses después. Fué inaugurado el nuevo edificio el 16 de diciembre de 1924, dentro de las celebraciones del Centenario de la Batalla de Ayacucho.
Fué posible realizar esta obra en tan corto tiempo, escasos cinco meses, debido a la dedicación admirable del ingeniero don Enrique Mogrovejo, quien, con cientos de trabajadores, logró lo que hoy parecería imposible.
Los materiales empleados fueron cimientos, sobrecimientos, pilares y arquerías, de concreto; muros de adobe; revoques de yeso; techos de madera con cubierta de torta de barro; pisos de losetas colocadas en diseño ajedrezado, blanco y negro; y puertas y ventanas de fino cedro de Nicaragua, apaneladas y con balaustres.
El estilo empleado por Pereira fue el llamado Neo-Colonial o Neo-Barroco, iniciado en el año 1911 por el arquitecto peruano Don Rafael Marquina y Bueno, en su famosa casa de Chosica. De esta manera, integró perfectamente, según los cánones de la época, la construcción nueva a la casona virreinal, a la que rodean con galerías.
Pereira construyó los tres grandes claustros con arquerías, las extensas salas y la enorme rotonda. El edificio no lo hizo especialmente para museo; por ello los dos ambientes, que existen hasta hoy, fueron creados para oficinas, obviamente, según las ideas de la época.
Hace algunas décadas, don Julio C. Tello solicitó utilizar algunos ambientes del Museo de la Magdalena, los que le fueron concedidos. Así apareció el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, que utilizó dos claustros y la gran rotonda, construidos por Pereira. En el área restante continuó el Museo Nacional de Historia.
Para perpetuar y difundir la Historia del gran edificio del Museo de la Magdalena, hemos colocado una placa, en la que se indica, en forma precisa, la información necesaria. Esta placa ha sido donada gentilmente por la Embajada de Portugal y fué dispuesta por la Comisión Nacional Técnica Calificadora de Proyectos Arquitectónicos (Instituto Nacional de Cultura).
De este modo pretendemos evitar que continúen difundiéndose ideas absurdas sobre el origen y antigüedad de este edificio, por ser deber de un museo difundir la verdad histórica.
César Coloma Porcari.
Director del Museo Nacional de Historia.
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