Arte burgués y arte proletario

📘 Ficha de la pieza

Arte burgués y arte proletario
👤 Bela UitzAutor
Ensayos
📚 Forma parte de:
  • Fecha de publicación: Diciembre de 1926
  • Páginas: 4
  • Lugar de publicación: Lima, Perú

📝 Texto íntegro

ARTE BURGUÉS Y ARTE PROLETARIO

POR BELA UITZ 1

I

EL CEMENTERIO DE LOS INDEPENDIENTES

Es curioso ver cómo un hecho se caracteriza por sí mismo. El Salón de los Independientes; un verdadero testimonio de los cuadros mundiales presentes, una creación de la actividad pequeño-burguesa. Este salón se caracteriza a sí mismo bastante más claramente de lo que ha podido caracterizarlo. Al principio: pequeño-burgués irritante y suficiente; al fin: un mendigo suplicante. ¡Bravo!. Qué bella auto-crítica; sin embargo se dice que los artistas tienen instinto.

El Salón de los Independientes, ¡qué hermoso nombre!
No se podía ver esto sino en París: una exposición que no presenta ninguna actividad original. Sin embargo, ante todo, en París, han nacido los artistas más “revolucionarios” en la última época de la pequeña burguesía: Picasso, Severini, Bocioni, Gleizes, Braque, Léger, Metzinger, etc. En suma, el cubismo y el futurismo. ¿Pero hoy? Un cementerio de la iniciativa; la actividad individualista y anárquica.

¿De quién es la falta? En verdad es increíble que no haya artistas de talento. Tomarla siempre con los artistas es una afirmación vana, una crítica barata. Por consiguiente, ¿de quién es la falta?

Nosotros los socialistas, hemos mil veces demostrado la impotencia de la burguesía y principalmente de la pequeña burguesía en lo que concierne a la organización social. ¿De quién es la falta, decimos? Mira, la vida, flor de cultura pequeño burguesa. Los sufrimientos y la vida imposible del artista son un objeto de irrisión y de ironía. Aquellos que se venden, los prostituidos, los que viven cómodamente, ¿qué producen? Cero. En cuanto a los que toman en serio los fines del arte (aún sin tener una concepción anárquica del arte) que reconocen reciben de la burguesía el más insultante sarcasmo. Y sin embargo estos artistas son la flor espiritual de esta burguesía. La burguesía ultraja su propia cultura, cuando debía comprenderla y sostenerla.

¿Por qué la burguesía escupe a su propia élite? Porque el arte de esta élite, como todo arte, pone un espejo delante de la faz de la burguesía y le muestra su verdadera figura. Ante esta imagen, la burguesía se asusta, la ultraja, la niega y hace como el avestruz. Ve y sigue su decadencia vital, y el artista serio, que quiere representar la esencia de la cultura burguesa, solo puede mostrar un cadáver. Evidentemente nadie considera con placer su propio cadáver.

He aquí por qué los artistas burgueses más serios son perseguidos y condenados por la burguesía. He aquí por qué el Salón de los Independientes es el cementerio de toda iniciativa.

No debíamos hablar de él; nos detenemos en él porque descubrimos, no obstante, los “gérmenes” de algo.

En medio de este espantoso caos, distinguamos dos líneas principales: el arte burgués; el arte proletario.

El arte burgués se divide aquí en dos partes:
1º.—Un arte pequeño-burgués que ha florecido hace tiempo y que actualmente se presenta transformado: el naturalismo, el impresionismo (Uter, Guillaumin, Vernolles, Judembaum, etc.).
2º.—El cubismo pequeño-burgués: puntillismo, futurismo, expresionismo (Helsen, Hoke, Gromaire, Jollivet, Severini, Sákata, Signac, etc.).

3º.—El constructivismo gran-burgués: arte de las máquinas (Posner, Crnkovski, Sevrank, Murphis).
El arte proletario está en su primera etapa, la etapa socialista pequeño-burguesa (Javain, Boulage, Galsano, Bochavokta, Ditriokva, Mela Muter, etc.).

* * *
No examinaremos en detalle algunas individualidades; tomaremos, en el conjunto, las etapas que representan. Una personalidad cualquiera no vale sino en la medida en que ha sido y lo será futura históricamente necesario. No nos detenemos en el valor especial de una personalidad, pero citamos algunos nombres como representantes de etapas principales. Para poder percibir los orígenes y las perspectivas de estas etapas, debemos poder asir los problemas mundiales de la vida en lo que concierne a la forma y el espíritu.

¡1925: gran época, plena de promesas! Busquemos las perspectivas que se están prometidas y busquemos la raíz de todas estas perspectivas!

Medio de producción: la máquina—cambio de productos. Todos los hombres participan en estos medios de producción por el hecho mismo de la vida actual; se forman, pues, conforme a estos, sus formas sociales, sus clases, sus ideologías, sus jerarquías; se forman, pues, su cultura en la forma y en el espíritu. Así surge su arte.

¿Qué representa hoy la máquina en esta producción que forma lentamente todas las cosas a su imagen?

Sakata Desnudo. He aquí un ejemplo de cubismo, semi-evolucionado, pero que basta para hacer comprender lo que es el cubismo. Marca claramente donde comienza la decadencia en los elementos mismos de construcción.

La máquina ha aniquilado la forma de producción individual, colectiva y centralizada, forma que prima hoy más en el mundo entero. En 1925, a la hora actual, tenemos en la historia del mundo países decisivos, Norte América, Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, que adoptan definitivamente la forma de producción colectiva. Todas las manifestaciones de la vida, tanto materiales como espirituales (el arte también por consiguiente), todos los progresos realizados, no pueden sino confirmar este principio.

¿Cómo se sitúan en esta forma de producción, primero la pequeña burguesía; segundo la gran burguesía; tercero el proletariado?

1º.—La pequeña burguesía, puesto que la máquina arruina la forma de producción individual y anárquica, está contra la producción colectiva y asociada, contra el colectivismo.
2º.—La gran burguesía está por la producción productiva y asociada, mas no quiere reconocer esta forma.
3º.—El proletariado está por la producción colectiva y asociación y por el reconocimiento de esta forma. (Además su misión histórica es luchar por esto).

MELA MUTER. ‘Mujer y niños’ (Aquí nos damos cuenta fácilmente de elementos ciertos de composición y de realismo proletario tanto en la inspiración como en la factura del cuadro).

Estas tres posiciones nos dan los resultados siguientes:
1º.—Para la pequeña burguesía, negación que desemboca en el nihilismo.
2º.—Para la gran burguesía, optimismo dictatorial y egoísta, pero provisorio, que no dura sino lo que el breve impulso de esta clase y que concluye también en el nihilismo, en el escepticismo.
3º.—Para el proletariado, el socialismo. Solo el socialismo ofrece un nuevo equilibrio a la existencia, lo que las dos otras formas no están en estado de lograr, en razón de su esencia misma.

Así se manifiestan claramente el espíritu y la forma de las dos clases:
a) Pequeña-burguesía—Espíritu: anarquía agonizante, nihilismo. Forma: anarquía en su decadencia.
b) Gran burguesía. Espíritu: anarquía, breve optimismo, luego nihilismo. Forma: colectiva y asociada.

c) Proletariado.—Espíritu: socialismo (colectivismo). Forma: colectiva y asociada.

Si hemos entendido bien esto, veremos netamente las dos grandes líneas del arte de las dos clases y la escisión interna del arte burgués.

a) El arte burgués:

1º.—El realismo y el naturalismo pequeño-burgueses son hoy imposibles en razón de la forma de producción actual; no son sino un reflejo de la burguesía en el tiempo en que estaba en plena salud. Esta etapa, lógica e históricamente, está desde hace tiempo traspasada. Sin embargo, la mayor parte de los pintores pertenecen todavía a estas escuelas porque la burguesía gusta de ver la época en que se encontraba sana. Los pintores que pertenecen a esas escuelas son pues simplemente unos farsantes o unos prostituidos.

2º.—Cubistas, futuristas, constructivistas, artistas de máquinas, están en pequeño número. Son los más radicales que instintivamente quieren expresar el desarrollo de su anarquismo individual y lógicamente no muestran más que su disolución (repudiados por la burguesía porque lo que representan es la verdadera historia de esta burguesía).

Fin del arte pequeño burgués: impresionismo, futurismo, expresionismo. Ruina de la gran burguesía: constructivismo, arte de las máquinas. Estas dos formas de arte tocan pues a su término.

Como conclusiones podemos decir, en lo que concierne a los cubistas, futuristas, constructivistas y artistas de máquinas que ellos han sido en el conjunto las formas organizadas, los colores, la materia en los medios y las formas de producción actual. Pero la esencia de su arte es siempre individualista y anárquica. Es la misma contradicción que encontramos desde el punto de vista social, en la gran burguesía. Estos artistas dan solamente una “superestructura” tercera etapa del arte de la burguesía.

1500: Impulso—1800: Florecimiento—1900: Decadencia.

b) El arte proletario: El proletariado se encuentra en pleno desarrollo, no solamente desde el punto de vista económico sino cultural. Basta para demostrarlo constatar que la cultura y el arte proletarios han conquistado ya la sexta parte de la tierra. La cultura proletaria juega un rol cada vez más importante y, al contrario de la cultura burguesa, está en ascensión, toma impulso.

En Francia, donde la gran burguesía no ha podido todavía jugar un rol decisivo (en razón del estado de los medios de producción), tenemos una doble manifestación que contrasta: la pequeña burguesía es todavía fuerte (aunque débil desde el punto de vista mundial) y la gran es aún débil. Esta manifestación se refleja igualmente en el arte. De una parte, ésta es la razón por la cual los constructivistas son aquí extraordinariamente poco numerosos; por otra parte esto muestra que el proletariado está hasta ahora débilmente organizado y que se encuentra bajo la influencia pequeña-burguesa. Este débil desenvolvimiento del proletariado produce evidentemente un débil desenvolvimiento de la cultura y el arte proletarios. Pero, a pesar de todo, esta cultura existe ya, esbozada en las incipientes tentativas pequeñas burguesas.

* * *

Tenemos pues las consecuencias siguientes, impotente por razones históricas, la pequeña burguesía es dueña de la situación, de donde resulta: en la forma, naturalismo, constructivismo, impresionismo, arte de las máquinas. Ninguna vista de conjunto es posible. Confusión. Anarquía. En el espíritu ha caído bajo la influencia del “Cristo en la Luna”, “Cristo en Cruz”, “Bueyes en el crepúsculo”, “Santa Virgen”, “Santos góticos de ojos rasgados”, “Los amores de la edad del Cine”. Un pequeño burgués se imagina que él es el cine. ¿Y qué puede haber de más bello para un pequeño burgués? Confusión y anarquía. Y es la pintura más lánguida, más miserable la que se vende.

Conclusiones. En la hora actual en que en el mundo, la organización colectivista es la única posibilidad de vida, la gran burguesía en Francia no está aún muy desarrollada. En cuanto a la pequeña burguesía, se niega cerradamente a toda organización colectiva. Tales son las razones históricas, las causas sociales que hacen del Salón de los Independientes, un cementerio.

II

HACIA EL ARTE PROLETARIO

MURPHY. “El Reloj”. Ejemplo de “arte de las máquinas”. Solo damos aquí una reproducción simplificada del cuadro de Murphy; pero es suficiente para dar una idea del arte. El asunto tratado es el de la belleza de un reloj, desmontadas y agrupadas todas las piezas en una sola imagen sobre un solo plano.

El desarrollo de la Humanidad a partir del año 1500 hasta nuestros días ha seguido la ley siguiente. De la sociedad feudal ha nacido la sociedad burguesa; la sociedad burguesa ha creado la sociedad socialista o, mejor, comunista.

La civilización y el arte han seguido esta misma ley; el arte feudal engendra el arte burgués y de este nace en seguida el arte proletario.

Cuando empleamos los términos: arte feudal, arte burgués o arte proletario, no decimos nada absolutamente. Para poder hablar de una cosa concreta, necesitamos situarnos en el espacio y en la época. Qué queremos decir por arte feudal católico? Nadie sabe si queremos explicar el arte románico de estilo latino, bizantino gótico o la época del estilo barroco.

El arte burgués difiere enormemente según las épocas. No tenemos sino que comparar la gran burguesía comercial de Italia en 1500 (que entendía un concepto de construcción) con la pequeña burguesía de Francia en 1800, en la cual reinaba la anarquía absoluta, o con la gran burguesía imperialista dictatorial en 1900 (constructivismo).

El arte proletario no hace excepción. La denominación arte proletario, arte burgués, no es sino una terminología de clase. El desarrollo del arte proletario marcha ciertamente a la par con el proletariado mismo y con el progreso de su ciencia (socialismo). El arte proletario ha pasado ya o tendrá aún que atravesar:
1º.—la época utópica (comunismo final)
2º.—La época pequeña burguesa social-democrática.
3º.—La época realista; (comunismo social-democrática reaccionaria (cristianismo social y feudal) sobre todo en Inglaterra, Alemania, Austria Hungría.

1º.—Epoca utópica. Es la época de los románticos que trabajan en la Luna y que quieren ofrecer al mundo las últimas consecuencias del arte socialista. Viven sin organización real y no pueden por consiguiente salir de los antiguos modos de expresión.

2º.—Epoca pequeño-burguesa social-democrática. Esta etapa es sobre todo la de los individualistas. Estos explotan un caso azaroso de un solo proletario, empujados por sentimentalidad y su humanidad. Son en la forma y en el contenido, individualistas ciegos. No buscan ninguna conexión con las otras artes. El pintor trabaja sin ocuparse del arquitecto, del escultor, del músico o del poeta. Es absolutamente “autoritario”, anarquista, la menor relación colectiva en lo que concierne al contenido o la forma con todos los artes. Constituye la anarquía completa en la pintura, en la música, en la literatura; hay una falta absoluta de disciplina y de organización entre todos los artes. No hace falta decir que la gran mayoría de las producciones actuales del arte proletario pertenece a esta época, puesto que el arte proletario está aún en el comienzo de su existencia, sin haber alcanzado desarrollo completo.

3º.—Epoca realista. Aquí no se trata más del caso azaroso de un solo proletario sino de toda la clase proletaria en sus luchas y en sus progresos. El problema de la colectividad llena todo el arte. El problema interesa vivamente a todos los proletarios, comprendido el artista que pertenece también a esta clase. Todo el progreso está expresado en esta dirección. Es la fuerza que mueve a una nueva sociedad en la que el equilibrio es necesario a la gran masa humana. Esta época vuelve a ser responsable—el arte burgués no podía ya serlo—hacia el proletariado como clase—igualmente respecto de la humanidad. Ella muestra el verdadero camino para alcanzar el gran fin, porque ha comprendido de nuevo el rol esencial del arte. En este arte hay la obligación absoluta de permanecer en relación estrecha con todos los artes, de no utilizar sino formas que son admisibles para todos los artes. Es una centralización, diremos una asociación colectiva, entre todos los artes, que no separa absolutamente el deber actual del fin por alcanzar y que se comporta en consecuencia. Podemos llamarla igualmente arte comunista. Está todavía, repito, lejos de su perfección. Se mantiene, totalmente, en el estilo embrionario.

40.—Epoca reaccionaria.—Se ha comprendido la necesidad de la centralización colectiva, pero se vela de nuevo y una vez más a Cristo, María y todos los ángeles. Hemos caído de nuevo en la era del feudalismo.

III

La exposición del arte burgués se divide en dos etapas:

a) Arte pequeño-burgués.—El mundo exterior está separado completamente de los problemas interiores. Todos los artes están aislados entre ellos, a veces hasta opuestos. Por ejemplo la pintura no tiene ningún lazo con la arquitectura. Al contrario, existe varias subdivisiones en las épocas del realismo pequeño burgués, por ejemplo paisajes, retratos, naturalezas muertas etc. Esto quiere decir que no solo los cinco artes (literatura, música, pintura, escultura y arquitectura) están completamente separados entre ellos, sino que verbigracia, la pintura misma se divide en cinco partes igualmente opuestas. Más aún el pintor de paisajes X quiere absolutamente distinguirse del pintor de paisajes Y; o más todavía, cada detalle de un paisaje es de tal modo autónomo, separado del resto, que hay que individualizar cada hierba en la pradera, porque ella posee formas y bellezas propias.

Podemos decir que el signo preponderante de esta etapa es la subdivisión de los cinco artes, a opuestos entre ellos, en múltiples detalles, que a su vez se componen de nuevo de millones de detalles sin conexión.

BERTRAND ‘Mujer desnuda’. Ejemplo típico de arte pequeño-burgués. He ahí las grandes perspectivas del tal arte; he ahí su horizonte ideal.

Estamos en el paraíso de la anarquía en lo que concierne a la forma y al contenido.

b) Etapa gran burguesa.—Se diferencia enormemente de la anterior. Existe en ella un esbozo de centralización, un conglomerado de todos los artes. Este lazo está constituido por formas generales que se encuentran en las diferentes artes. Por ejemplo: círculo, cuadrado, triángulo, líneas horizontales, verticales, diagonales, rectas, curvas. El mismo fenómeno se muestra en la elección de colores. Sin embargo el contenido es un contenido egoísta con una fuerte acentuación dictatorial. Nadie reconocería la idea si no estuviera inscrita abajo del cuadro. Ejemplo: el cuadro de Picasso “La mujer a la mandolina”.

El contenido (dictadura anarco-individualista) y la forma (conexión colectiva) han estado en diametral oposición hasta en los más grandes maestros de esta época. Esta misma oposición la encontramos por do quiera, en lo que concierne a la forma y el contenido de la gran burguesía imperialista. Es una bella demostración de la descomposición y la decadencia de la sociedad y del arte burgués.

Cuando nosotros los artistas proletarios nos ocupamos del arte burgués es para conocer mejor nuestros adversarios y para destruirlos. No se vence a nadie a quien no se conoce. Lo hacemos también para tomar el enemigo lo que hay de sano en sus obras y para aniquilar lo que está podrido.

Nuestro arte debe desarrollarse en un terreno realista y no idealista. Si pasamos por las etapas del arte gran burgués, nuestro deber no es un deber de síntesis sino un deber de análisis. Justamente esta concepción diferente (burguesa: síntesis, proletaria: análisis) nos da la posibilidad de resolver los problemas del caos actual del arte, de salir de éste y sobre todo de suprimir el antagonismo entre la forma y el contenido.

Los artistas burgueses de la etapa gran burguesa no pueden separarse del contenido anarco-individualista, pero están obligados a emplear la forma colectiva y organizada. Por consiguiente no encontrarán más el buen camino; por el contrario acentuarán esta diferencia y perecerán por ella.

En tanto nosotros, los socialistas, tomamos el esbozo de esta forma colectiva y le creamos un contenido proletario colectivo también. Transformamos esta forma, desarrollando al mismo tiempo forma y contenido. (Los burgueses no pueden desarrollarla sino hasta cierto grado).

Así, nuestro ideal es crear el equilibrio entre forma y contenido del cual los artistas burgueses no son capaces. Nosotros seremos capaces de mostrar igualmente el camino del progreso del arte por el cual éste saldrá al fin del actual caos.

TRADUCIDO DE “CLARTÉ” DE PARIS ESPECIALMENTE PARA “AMAUTA”.

Notas

  1. Bela Uitz, pintor revolucionario húngaro efectuó hace un año una exposición en París, en “Clarté”.
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