«Hay lugares que no están solo en el mapa. Están en la memoria. En los sueños. En el agua que brota de la tierra. Pichjapuquio es uno de ellos.»
Introducción: Donde la tierra cuenta historias
En el corazón del Valle del Mantaro, a pocos kilómetros de la histórica Jauja, se alza un cerro que parece mirar en silencio el paso del tiempo: Pichjapuquio. Su nombre, del quechua Pichqa Puquio, significa «cinco manantiales», y no es casualidad: desde sus faldas brotan ríos subterráneos que han alimentado pueblos, cultivos y leyendas por siglos.
Hoy, este rincón del distrito de Paca (Jauja, Junín) se abre como un libro abierto entre ruinas mineras, caminos incaicos, manantiales sagrados y cuentos que el viento no se lleva.
Bienvenidos a Pichjapuquio: donde la historia y la leyenda se dan la mano.
️ Ubicación y entorno natural
- Departamento: Junín
- Provincia: Jauja
- Distrito: Paca
- Altitud: Aproximadamente 3.600 metros sobre el nivel del mar
- Acceso: 9,4 km desde Jauja hacia Paca, luego 3 km por camino de tierra hacia el norte.
Pichjapuquio combina dos realidades:
- El pueblo de Pichjapuquio, centro poblado rural con raíces agrícolas y ganaderas.
- El cerro de Pichjapuquio, formación natural y sagrada, con vestigios mineros y espiritualidad ancestral.
Rodeado de pastizales de ichu, quebradas profundas y afloramientos rocosos, el paisaje es típico del altiplano central del Perú. Desde su cima, se divisa la Laguna de Paca, el perfil del «Indio Dormido» y el Valle del Mantaro, como un lienzo pintado por la naturaleza.
Historia documentada: De hacienda a pueblo
Durante los siglos XIX y XX, Pichjapuquio fue parte de un complejo de haciendas que incluían Huayanay, Auquimbra, Casavi, Ato y Juliac. Su economía se basaba en la agricultura de papa, oca y habas, así como en la ganadería ovina y bovina.
La administración de la hacienda estaba a cargo de autoridades comunales conocidas como varayuq (alcalde vara, regidor, inspector, alguacil), quienes organizaban el trabajo y mantenían el orden bajo el sistema tradicional andino.
Los productos se transportaban hasta el ferrocarril Huancavelica–Huancayo, punto clave para el comercio regional.
Elevación a pueblo
El 30 de septiembre de 1943, mediante la Ley N° 9827, se creó oficialmente el distrito de Paca, y se reconoció a Pichjapuquio y Paca Faccha como pueblos anexos. La capital distrital quedó establecida en la Villa de Paca.
Este hecho marcó el paso de Pichjapuquio de ser una hacienda subordinada a convertirse en un núcleo poblacional con identidad propia.
️ Vistas del entorno
️ Historia minera: El oro que no brilló para todos
Aunque no hay registros oficiales abundantes, fuentes orales, estudios históricos y restos arqueológicos confirman que el cerro Pichjapuquio fue escenario de actividad minera desde la época colonial.
️ Época colonial
- Los españoles explotaron vetas de plata, oro y otros minerales.
- Se construyeron túneles (socavones), hornos de fundición y caminos empedrados que conectaban con Jauja.
- La mano de obra provenía principalmente de la mita indígena, un sistema de trabajo forzado que marcó una época de opresión y resistencia.
Siglo XX
- La minería decayó progresivamente.
- Aun así, se conservan estructuras de piedra, muros derruidos, restos de metalurgia y caminos ancestrales que aún pueden explorarse.
Hoy, estos vestigios son un patrimonio en peligro: sin protección ni señalización, muchos están siendo saqueados o deteriorados por el tiempo.
️ Tradición oral y leyendas: Lo que el cerro no olvida
Las siguientes historias pertenecen a la tradicional oral de las comunidades de Paca y Jauja. No cuentan con respaldo documental oficial, pero forman parte esencial de la identidad cultural y espiritual del lugar.
️ La maldición de los mineros
Cuenta la gente mayor que los españoles profanaron una caverna sagrada en lo alto del cerro, donde los incas dejaban ofrendas a la Pachamama. Desde entonces, el cerro se enfadó: túneles se derrumbaron sin razón, mineros desaparecieron y, en noches frías, se escuchan lamentos y golpes bajo tierra.
“El cerro no quiere que sigan cavando”, dicen. “Guarda sus secretos… y sus muertos”.
El fuego subterráneo
Algunos pastores juran que, en madrugadas de invierno, ven luces azules moverse entre las rocas. Son las almas de los mineros fallecidos, atrapadas en el inframundo, que arden con un fuego eterno alimentado por la injusticia del pasado.
Los cinco manantiales encantados
Cada uno de los puquios (manantiales) tiene un don:
- Uno cura enfermedades.
- Otro da sabiduría.
- Otro fortalece el amor.
- Otro protege del mal.
- Y el quinto… guarda el secreto del cerro.
Pero solo funcionan si se acude con respeto, ofrenda (una hoja de coca, una moneda, una vela) y silencio. Quien beba sin pedir permiso, dice la leyenda, nunca volverá a tener sed… porque ya no vivirá.
Turismo actual: Una ruta por la memoria
Hoy, Pichjapuquio atrae a diferentes tipos de visitantes:
️ Senderismo y exploración
- Rutas de 2 a 3 horas desde Paca o Jauja.
- Ideal para principiantes: paisaje andino, vistas panorámicas, clima fresco.
- Guías locales ofrecen recorridos por túneles superficiales, hornos y manantiales.
️ Turismo espiritual
- Ceremonias de pago a la tierra (Pachamama), especialmente en junio (Inti Raymi) y diciembre.
- Meditación y conexión con lo sagrado en los puquios.
Investigación y educación
- Arqueólogos estudian los restos mineros y caminos prehispánicos.
- Antropólogos registran la tradición oral y prácticas comunitarias.
Fotos para compartir
️ Desafíos y conservación: Un patrimonio en riesgo
Pichjapuquio enfrenta amenazas reales:
- Deterioro de estructuras mineras: sin mantenimiento ni protección.
- Falta de señalización: túneles inestables y accesos peligrosos.
- Contaminación potencial: restos de mercurio y otros minerales en el suelo y agua.
- Turismo informal: sin regulación, puede dañar el ecosistema y las tradiciones.
Propuestas para el futuro
Pichjapuquio: El cerro que vigila
Pichjapuquio no es solo un cerro. Es un guardián del pasado, un testigo silencioso de siglos de trabajo, fe y resistencia.
Es el lugar donde la historia no se lee en libros… se siente en el viento, se ve en las piedras y se escucha en el agua que brota de la tierra.
Si visitas Jauja, no te quedes solo con el centro histórico.
Si vas a Paca, no te limites a la laguna.
Sube a Pichjapuquio.
Escucha sus leyendas.
Respeta sus manantiales.
Y si en una noche de luna llena ves una luz azul entre las rocas…
detente.
Porque quizás, solo quizás, el cerro te esté hablando.
Datos rápidos: Pichjapuquio, Junín
Nombre originario | Pichqa Puquio(quechua: cinco manantiales) |
Ubicación | Distrito de Paca, Jauja, Junín |
Altitud | ~3.600 msnm |
Creación distrital | Ley N° 9827 (30/09/1943) |
Actividad histórica | Minería colonial, hacienda agrícola |
Acceso recomendado | Con guía local, transporte 4×4, ropa abrigada |
Tipo de turismo | Cultural, histórico, espiritual, de aventura |
¿Te gustó este artículo?
Compártelo y ayúdanos a visibilizar los pueblos escondidos del Perú.
Síguenos para más historias de lugares donde la tradición aún camina.
PUEBLO QUE SE ENCUENTRA EN PACA, JAUJA, PERÚ. LUGAR MUY TRANQUILO Y ACOGEDOR.
Buen punto para admirar la formación de roca llamada Madre de Roca, parte de la mitología local, que hace referencia a una mujer que se convierte en roca al desobedecer la advertencia de no voltear a ver cómo dios destruía el antiguo pueblo de Jauja que se encontraba dónde hoy está la laguna de Paca.
Lindo lugar pueblo acogedor, su plaza está renovada y linda
Es unos lugares hermosos que respiras aire pura de está naturaleza bella
Es hermoso 💜💚 transmite paz
Historias sobre Sitios turísticos en Jauja 
Sin posts relacionados en este momento.