«En Pupuja, las máscaras no ocultan: revelan. Una mujer que baila no entretiene: ora con el cuerpo, recuerda con el corazón y resiste con la memoria.»
En el distrito de Santiago de Pupuja, provincia de Azángaro (Puno), dos danzas femeninas marcan con fuerza la vida comunal: las Saraquenas y las Novenantes. Lejos de ser un espectáculo folclórico, son expresiones de memoria, fe y resistencia cultural, que acompañan la fiesta patronal de San Santiago Apóstol en julio y el Carnaval de Pupuja en febrero.
El 30 de octubre de 2014, estas danzas fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura del Perú, reconociendo su profundo arraigo, su vínculo con la naturaleza y su papel central en la identidad de la comunidad.
Pupuja en su contexto
- Ubicación: distrito de Santiago de Pupuja, provincia de Azángaro, región Puno.
- Altura: más de 3,900 m.s.n.m., entre pastizales, lagunas y cerros tutelares.
- Población: comunidades aymaras y quechuas, con cosmovisión profundamente andina.
- Economía: agricultura (papa, quinua, oca), ganadería de ovejas y alpacas, artesanía textil y cerámica.
Aquí, las fiestas patronales no son mero calendario religioso: son tiempo sagrado de cohesión social donde se dialoga con la Pachamama, los Apus y los ancestros.
Calendario ritual
Las Saraquenas y Novenantes aparecen en todos estos momentos, recordando a la comunidad el ciclo de la vida: duelo y gratitud, pérdida y esperanza.
Las Saraquenas: duelo y memoria
Las Saraquenas —también llamadas Sarajenas o Zarajenas— son mujeres adultas que bailan vestidas con túnicas oscuras y velos negros que cubren sus rostros. Llevan a la espalda cestos con flores u ofrendas y caminan en fila, con pasos lentos, solemnes, casi litúrgicos.
- Simbolismo: representan el duelo por la muerte de Santiago Apóstol y, más ampliamente, el dolor colectivo del pueblo.
- Gestos: las manos al pecho expresan lamento; los velos, el anonimato del sufrimiento; los cestos, la ofrenda a los muertos.
- Música: un tambor y una flauta marcan el compás lento de la procesión.
“Cuando bailo, siento que estoy llorando por todos —dice doña Marcelina Quispe, Saraquena desde hace más de veinte años—. Por mis padres, por mi pueblo, por Santiago que murió por nosotros”.
Celebración a todo color
Las Novenantes: fe y promesa
Las Novenantes cumplen con un pacto religioso: rezar y bailar durante nueve días como agradecimiento o pedido especial.
- Vestimenta: polleras de bayeta, chales bordados, sombreros de fieltro, a veces cargando a sus hijos pequeños en la espalda.
- Promesas: salud de un familiar, protección de un migrante, curación de una enfermedad.
- Danza: más animada que la de las Saraquenas, pero igualmente sagrada.
“Hace tres años prometí bailar si mi hijo sanaba del mal de ojo —cuenta Juana Callisaya—. Hoy él camina detrás de mí, sano. Yo bailo por gratitud, no por obligación”.
Dos danzas, un mismo corazón
A simple vista, parecen opuestas:
- Una viste de negro, la otra de colores.
- Una llora, la otra agradece.
Pero en el fondo expresan el mismo acto: entrega y fe.
Las Saraquenas abren paso con su lamento; las Novenantes siguen con su gratitud. Juntas narran el ciclo de la existencia andina: del dolor a la esperanza, de la muerte a la vida.
Vestimenta y máscaras
- Saraquenas: velos negros, túnicas largas y cestos con flores.
- Novenantes: trajes coloridos, polleras y chales bordados.
- Máscaras: en algunos contextos se usan máscaras rituales de madera o cartón, con rasgos coloniales o míticos.
Cada prenda, cada accesorio, tiene un valor simbólico: no son disfraces, son signos de memoria colectiva.
Música y coreografía
- Música: violines, tinyas, bombos y flautas, interpretados por músicos comuneros.
- Coreografía: pasos solemnes de duelo (Saraquenas) y danzas de agradecimiento (Novenantes).
- Comparsas: recorren las calles, anunciando la fiesta y bendiciendo a la comunidad.
Organización y transmisión
- Cada año, familias o cofradías asumen el cargo de la danza, financiando músicos, vestimenta y alimentos.
- La transmisión es intergeneracional: madres enseñan a hijas, abuelas a nietas.
- Ser Saraquena o Novenante no es un lujo, es un acto de servicio y compromiso comunal.
Patrimonio Cultural de la Nación
El 30 de octubre de 2014, mediante la Resolución Viceministerial N.° 117-2014-VMPCIC-MC, el Ministerio de Cultura declaró a las danzas Saraquenas y Novenantes de Santiago de Pupuja como Patrimonio Cultural de la Nación.
Motivos de la declaratoria:
- Expresión de una forma de vida ligada a la naturaleza.
- Conservan prácticas rituales de origen andino y europeo.
- Reflejan la fuerza creativa y la memoria colectiva del pueblo de Pupuja.
- Son elemento central de la identidad local y regional.
️ Desafíos actuales
- Migración juvenil: muchos jóvenes se alejan del campo y pierden el vínculo con la tradición.
- Globalización: influencias externas restan interés por el compromiso ritual.
- Esfuerzo físico y económico: ser danzante implica sacrificio que no todos quieren asumir.
Aun así, las cofradías locales y las familias mantienen viva la práctica, enseñándola a nuevas generaciones y organizando espacios de formación.
️ Recomendaciones para el visitante
Si deseas vivir la experiencia de las Saraquenas y Novenantes en Santiago de Pupuja, ten en cuenta:
Cuándo ir:
- 25 de julio (Fiesta de San Santiago Apóstol).
- Febrero-marzo (Carnaval de Pupuja).
Cómo llegar:
- Desde Puno: 6 a 7 horas por carretera.
- Desde Azángaro: aprox. 1 hora en transporte local.
Clima: frío intenso, con noches que pueden bajar de -10 °C. Llevar ropa abrigada y resistente al viento.
Respeto cultural:
️ Apoyo local: adquirir artesanías, tejidos o alimentos preparados por las familias comuneras contribuye a sostener la tradición.
El corazón de Pupuja sigue danzando
Las Saraquenas y Novenantes son mucho más que una danza: son la memoria viva de Pupuja.
- Las Saraquenas nos recuerdan el dolor y la resistencia.
- Las Novenantes nos muestran la esperanza y la gratitud.
Juntas, dicen lo que las palabras no alcanzan: que la identidad andina se baila, que la fe también se llora y que la memoria puede ser un cuerpo en movimiento.
Mientras una mujer en Pupuja cubra su rostro con un velo negro, mientras otra dance agradeciendo una promesa cumplida, el pueblo seguirá vivo, afirmando que la cultura también se defiende bailando.
Glosario de términos andinos
- Saraquena
Mujer que danza durante la fiesta de Santiago Apóstol representando el duelo colectivo. Viste de negro y cubre su rostro con un velo, cargando un cesto con flores u ofrendas. - Novenante
Mujer que cumple una promesa de fe durante nueve días previos al 25 de julio. Su danza expresa agradecimiento o petición espiritual. - Cofradía
️
Hermandad religiosa que organiza ritos, procesiones y danzas en honor al santo patrono. Gestiona cargos, ofrendas y responsabilidades comunales. - Ayllu
Antigua organización social andina basada en el parentesco y la reciprocidad. En la actualidad, sigue siendo referencia de comunidad y trabajo colectivo. - Illapa
Deidad quechua del trueno, rayo y relámpago. En el sincretismo, se asocia con Santiago Apóstol (Tayta Shanti). - Tinya
Pequeño tambor andino usado en danzas y ceremonias, que marca el compás junto a violines y bombos. - Ayni
Principio de reciprocidad en la cultura andina: “hoy por ti, mañana por mí”. Base de la organización comunal. - Minka
️
Trabajo colectivo realizado en beneficio de la comunidad, clave en la organización de fiestas patronales.
Fuentes consultadas
- Ministerio de Cultura del Perú – Resolución Viceministerial N.° 117-2014-VMPCIC-MC (2014).
- Agencia Andina – coberturas de festividades de Puno.
- Crespial – estudios sobre patrimonio cultural inmaterial andino.
- Entrevistas recogidas en Santiago de Pupuja (tradición oral).